morales house

  • PROYECTO: vivienda unifamiliar aislada
  • FASE: anteproyecto
  • FECHA: julio 2010
  • EMPLAZAMIENTO: Daimiel (Ciudad Real)

Estamos ante el anteproyecto para una vivienda unifamiliar aislada, en un paraje manchego típico, rodeada de viñedos y campos de cultivo y labor.

Con esta situación de partida, la vivienda busca adoptar las mejores orientaciones, tanto solarmente como de visuales. Así, el salón de verano y la cocina se orientan a sur, junto a la piscina, mientras que el salón de invierno se orienta a norte, desde donde se tienen vistas del perfil de Daimiel.

Era condición de la propiedad el empleo de materiales como la piedra y el ladrillo, combinados con la madera. Sin embargo, éstos se combinan de manera contemporánea, en un juego de volúmenes en los que predominan las maclas de piezas volumétricas sencillas, siendo el resultado de una cierta complejidad, lo que crea un efecto de volúmenes y sombras.

Interiormente, la vivienda se organiza en una única planta (salvo por una pequeña entreplanta, a modo de despacho y biblioteca abierta al espacio a doble altura del salón). La distribución sigue unos parámetros de estricta racionalidad, de manera que la cocina, el salón de verano (porche) y el salón de invierno, quedan enmarcados en un triángulo que los relaciona, por lo que los tres espacios son fácilmente accesibles desde cualquiera de los otros dos.



Por su parte, los dormitorios se encuentran dispuestos en un extremo de la vivienda, de manera que no son directamente accesibles desde la zona pública (salón y cocina), preservando la intimidad de estas estancias.

La arquitectura de la vivienda se caracteriza igualmente por estar conformada por una serie de muros que se prolongan, como visuales, a lo largo de la parcela. De este modo, la arquitectura se "disuelve" en el conjunto, siendo parte del paisaje, y no limitándose puramente a su función habitable. Podría decirse que la arquitectura tiene una cierta vocación escultórica, con el deseo de intervenir en el paisaje, de complementarlo, de dialogar con él, en una actitud activa muy alejada de la pasividad de la arquitectura puramente funcional.

Además, estos muros que se prolongan en el paisaje más allá de los espacios cerrados, contribuyen a reforzar la idea de las fuertes alineaciones que marcan las lides de las viñas presentes. Efectivamente, un viñedo es una retícula perfecta, producto de la mente cartesiana del hombre, que busca la máxima optimización de espacio en sus plantaciones. Es decir, un viñedo es una combinación mágica de la mano creadora del hombre y del espíritu rebelde de la naturaleza, la perfecta comunión entre hombre y divinidad, y así reforzar esas alineaciones, enfatizarlas mediante el proyecto, es una forma de enraizarlo, de integrarlo entre la naturaleza y la creación puramente arquitectónica.





1 comentario:

Anónimo dijo...

Perfecta la combinación de estilos que hacen que encaje perfectamente con el entorno a la vez de dotar a la casa de elegancia y distinción.